En esta nueva entrada de mi blog me dispongo a comentar una película que toca el tema de la educación y el objetivo es adscribirle qué estilo educativo se muestra en ella. Para empezar haré un pequeño resumen (ojo, contiene spoilers) para ponernos en situación. Si ya has visto esta película, o si te orientas con el trailer, puedes saltarte el resumen yendo a mi valoración directamente.
Whiplash (2014)
Andrew,
un estudiante de una prestigiosa escuela de música, persigue el sueño de ser un
gran batería de jazz. Un prestigioso director de orquesta que da clase en su
conservatorio ve potencial en él y le invita a ser suplente del batería en un
grupo de jazz. Le invita a uno de los ensayos y ahí es donde empezamos a ver la nefasta forma que este profesor tiene de
dar clase. Es evidente que este personaje no ha cursado el máster de profesorado
(o si lo ha hecho, lo que le contaron le importa tres pepinos). Ante los
errores de sus alumnos músicos, comienza a lanzarles insultos y a echar de
clase a aquellos que no se ajustan a sus estándares de perfección. A nuestro
protagonista, el profesor le acusa de ir demasiado rápido, demasiado lento,
demasiado rápido… todo de una forma agresiva y humillante y acaba por lanzarle
una silla y termina por hacerle llorar delante de todo el grupo.
Esta
tóxica influencia se mantiene durante todo el proceso de aprendizaje del
protagonista y culmina cuando el joven tiene un accidente de tráfico debido a
la presión bajo la que conduce para llegar a un recital de música. Llega
ensangrentado al escenario e insiste en tocar aun en ese estado. El profesor
detiene la actuación, expulsa del escenario al alumno y expulsa al muchacho del
conservatorio.
Al
final, el alumno es llamado a testificar en un juicio contra el prestigioso
profesor. Los padres de un alumno que murió en un accidente de tráfico—como
podría haber hecho nuestro protagonista—han denunciado al profesor por
comportamiento abusivo, humillante y poco ético en general. El profesor es
despedido.
Unos
meses más adelante los dos personajes vuelven a encontrarse. El exalumno, que
ha abandonado por completo el mundo de la música, pregunta a su exprofesor si
cree que sus métodos pueden ser desalentadores para los estudiantes, a lo que
le responde que el próximo gran batería jamás se desanimaría. Antes de
despedirse de él, le invita a tocar en un prestigioso recital de jazz para
enterrar el hacha de guerra.
Al
llegar la hora de la verdad, el protagonista descubre que las partituras que le
han proporcionado no son las correctas y que todo ha sido una estratagema más
por parte del profesor para humillarle delante de un gran público. Ante esta
situación, él decide aliarse con el resto de los miembros de la banda y tocar
la pieza que debería haber tocado en el recital de música el día que fue
expulsado del conservatorio. Así, él toma el control y decide poner a su exprofesor
en su sitio. Tras un exitoso solo de batería, el profesor dedica una sonrisa de
aprobación al chaval y señala el final del concierto.
Y he aquí mi valoración.
Obviamente, esta película presenta un modelo de práctica docente que, sin que nadie nos diga nada, todos los que estamos en este máster sabemos que NO hay que seguir. No es una película motivadora y que te llene de ganas de convertirse en profesor (como pueden ser Los Chicos del Coro o El Club de los Poetas Muertos, por poner dos ejemplos muy famosos). De hecho, por muy buena artísticamente que me parezca la película, el regusto que te deja no es de mi agrado. No apoyo el que se glorifique el maltrato y el abuso bajo el pretexto de lo que no te mata te hace más fuerte. De hecho, me parece un mensaje muy peligroso y nocivo. Pero, centrándonos más en el tema de la educación, creo que de todos los estilos que aparecen en la bibliografía propuesta, el que más encajaría con el profesor de la película sería el de la pedagogía tradicional. Tan tradicional lo veo que es como retrotraerse al pasado más oscuro de la enseñanza. Es un claro ejemplo de “la letra, con sangre entra” en el que lo importante no es el educando sino la excelencia o, en este caso, el virtuosismo en el mundo de la música. También creo que en el final de la película también se ve representada una de las frases que definen a la pedagogía tradicional: “el hombre viejo debe morir para el advenimiento del hombre nuevo.”
Hola. Excelente entrada. Yo he visto esta película dos veces. Y la verdad es que te deja mal cuerpo. Pero te vas a la cama y dices.... hostias es que el tío termina siendo un hacha con la bateria. El profe mirándolo y diciendo: al final lo conseguí cabroncete....sacar ese diamante que tenias en bruto....
ReplyDeleteJejeje.
Como dices es un error por las secuelas que puede dejar al alumno.
Una peli muy parecida es "Shine". En este caso es la historia de un pianista que tiene un padre obsesionado que sea el número uno. Una pasada de película.
Lo triste es que aun sigue habiendo personas que creen en este tipo de mala educación.
Un abrazo desde el polo.
Hola Marta!!! Por lo que incluyes en tu valoración, me parece muy interesante la elección de esta película para el desarrollo de este post. No he querido leer muchos de los detalles para poderla ver más adelante jajajaja. Me la apunto como peli pendiente de ver. Nos vemos en clase!! :)
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