Tras ver un vídeo acerca de la particular forma de
afrontar la educación de sus alumnos por parte de una familia de Simancas, la
tarea que nos ocupa hoy es una pequeña reflexión acerca de las ventajas y
desventajas de descentralizar la educación. También expondré mi opinión acerca
del homeschooling o la enseñanza en clase.
Una de las ventajas de descentralizar la educación es la posibilidad de diseñar un currículum desde cero, poder adaptar los contenidos que se imparten a las necesidades de los estudiantes es una idea muy interesante. Por un lado, puede beneficiar a aquellos que tengan problemas de comportamiento, como vimos en la Fundación Tomillo, si su centro adaptase el plan de estudios a sus necesidades: tal vez dando menos énfasis a la enseñanza de teoría y diseñando las asignaturas con una perspectiva más participativa por parte del alumno. Esta idea me parece muy interesante. Me parece que tal vez estos adolescentes aprecien saber datos a los que hoy en día pueden acceder desde sus teléfonos o ordenadores y que actividades más prácticas pueden resultarles más atractivas, incluso útiles.
Un gran problema de la descentralización de la
educación, a nivel práctico, es que dificulta la movilidad de alumnos entre
centros. ¿Qué efecto tendría sobre un nuevo alumno incorporarse a un nuevo
centro con un currículum totalmente diferente al de origen? Tendría que “ponerse
al día” y asegurarse de que ha visto los contenidos mínimos necesarios en las
asignaturas para poder seguir el curso sin problemas.
En general, el descentralizar la educación implicaría
una mayor participación por parte de docentes de los centros, de los padres de
los alumnos e incluso de los propios alumnos. Sin el debido control podrían
darse casos en los que no se fomentaran valores positivos (sobre los valores
tratará la siguiente entrada del blog). Pero ¿quién dice que no esté pasando
esto hoy en día en clase? (Por suerte) no se vigila a nuestros profesores por
una cámara como en 1984.
Es incontestable que el sistema actual falla a muchas
personas: fracaso escolar, enseñanza mediocre, problemas de aprendizaje en clase,
etc. Una de las respuestas a este problema es la educación en casa o
homeschooling. No tengo claro si estoy a favor o en contra de esta práctica. Me
gusta la idea de poder involucrarte tan directamente en la educación de tus
hijos o de los niños y adolescentes de tu comunidad (porque entiendo que
homeschooling puede realizarse también entre los niños de una urbanización o un
pueblo pequeño, por ejemplo). Me parece que se puede ofrecer una atención muy
personalizada a cada individuo y que se podría prestar atención a los problemas
particulares en el aprendizaje de cada alumno. Problemas de actitud en clase y
disrupciones no existirían y para aquellos alumnos que han sufrido o sufren acoso
escolar podría ser vital.
Esto también me lleva a pensar en los grandes momentos
que he pasado yo en el instituto y en el colegio, relacionándome con mis
iguales y aprendiendo juntos. No sé qué problemas puede acarrear el que tus
hijos aprendan en casa con sus padres de profesores, pero sí que sé que es algo
que no me habría gustado vivir. ¡Imagínate que tus padres fueran también tus
profesores! ¡Qué agobio!
En general me parece una opción viable para gente de
un nivel socioeconómico alto, que puede permitirse quedarse en casa y no
trabajar y centrar su tiempo y energía a criar a sus hijos. No creo que deba
estar prohibido, pero sí que considero que tal vez las instituciones tendrían
que hacer algún tipo de seguimiento del progreso de estos alumnos que reciben
su educación en casa.
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