En este nuevo post ofrezco mi comentario acerca de O Pelouro, una escuela no convencional que atiende a las necesidades particulares de su diverso alumnado.
Esta escuela gallega lleva trabajando en la enseñanza desde 1973. Su política se basa en el respeto de los ritmos de aprendizajes de la infancia y en la inclusión de alumnos de distintas capacidades y necesidades.
La verdad es que el día en que hicimos la práctica del claustro y propusimos un centro que nos gustaría crear, yo tenía algo así en mente. Siempre me ha atraído mucho la idea de dar clase en un centro en el que se fomente la creatividad de los alumnos y se llegue a generar una voluntad en ellos de querer aprender, de buscar y de conocer. Y lo que más me ha gustado es que no dejan a nadie atrás. Los niños con Asperger, Síndrome de Down o con autismo aprenden con otros chavales de su edad y establecen una relación simbiótica en la que unos aprenden de otros. Y los propios niños son conscientes de lo positivo de su experiencia y los ven como iguales.
Otro punto que me ha gustado en especial y que me parece importante a la hora de fomentar el aprendizaje autónomo y la motivación en los alumnos es que ellos eligen cómo aprender. Nos cuentan que tienen unos mínimos de conocimiento a los que tienen que llegar, pero el camino que elijan para hacerlo es completamente suyo y, si lo desean, pueden sobrepasar esos mínimos.
Me parece que es en una escuela como esta, en la que puedes trabajar en el jardín, en la cocina, delante del ordenador, pintando un cuadro... donde una persona puede encontrarse a sí misma y donde puede aprender a vivir cooperando y aceptando a los demás.
Me quedo con la frase que dice uno de los niños, Iago: "es importante saber lo que eres tú y lo que es la gente."
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